Los estados miembro de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) cuentan desde ahora con una guía para afrontar de manera responsable los efectos conocidos y desconocidos de la inteligencia artificial (o IA por sus siglas en inglés) en los seres humanos, las sociedades, el medio ambiente y los ecosistemas.
También te puede interesar:
Big Data deportivo, el punto de inflexión
Principios respecto a la inteligencia artificial
El texto contempla los principios que deben regir el desarrollo de tecnologías tan controvertidas como el reconocimiento facial y aborda también temas menos polémicos, como el efecto potencial de los sistemas de recomendación sobre la diversidad cultural o lingüística.
Se espera que las 30 páginas del documento se conviertan en una referencia global para el desarrollo y uso ético de esta tecnología.
“Este texto establece por primera vez un marco normativo mundial para el uso de la inteligencia artificial. Se basa para ello en tres pilares: el respeto de los derechos humanos, el Estado de Derecho y la lucha contra la discriminación”, explicó en una entrevista, Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
¿Quiénes participaron en la elaboración de la guía sobre la inteligencia artificial?
En la redacción de este documento participaron grupos de expertos de las principales compañías tecnológicas como Google, Facebook y Amazon, así como catedráticos de la Universidad de Stanford, la Universidad de Nueva York y de la Academia China de Ciencia y Tecnología.
Todo ello respecto a un futuro cercano donde cada vez más las personas interactuemos con robots y sistemas de inteligencia artificial capaces de reconocer y reproducir las emociones humanas, es por este motivo que el documento requiere que se evalúen las implicaciones éticas de estas relaciones, especialmente cuando se establecen con menores de edad.
Reflexiones finales
Las tecnologías de la inteligencia artificial están dando resultados notables en ámbitos muy especializados, como la detección del cáncer y la construcción de entornos inclusivos para personas con discapacidad. Además de ello también tienen la posibilidad de ayudar a combatir problemas globales como el cambio climático, el hambre en el mundo, y a reducir la pobreza, optimizando la ayuda económica.
Sin embargo, la tecnología también está trayendo consigo nuevos retos sin precedentes. Asistimos a un aumento de los prejuicios de género y étnicos, a amenazas significativas contra la privacidad, la dignidad y la capacidad de acción, a los peligros de la vigilancia masiva y al aumento del uso de tecnologías de la Inteligencia Artificial poco fiables en la aplicación de la ley, por nombrar algunos. Hasta el momento, no existían normas universales que dieran respuesta a estos problemas.
El documento que acaba de adoptar la unesco exige que los gobiernos eduquen a sus ciudadanos en los derechos digitales, tratando de que los consumidores sean conscientes de sus derechos y tengan la habilidad de poder desarrollar el pensamiento crítico necesario para navegar en la esfera digital. De esta manera, busca empoderarlos para que exijan a las grandes compañías de tecnología rendición de cuentas, con el objetivo de que el desarrollo de toda nueva tecnología sea creado de forma humana y ética.
Sin duda quedan aún muchos cabos sin atar dentro del marco respecto a la inteligencia artificial, no obstante este es un buen inicio para tratar de regular el espacio de las comunicaciones sociales a través de las plataformas que utilizamos día a día.
