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A raíz de la pandemia del COVID-19, algunos países latinoamericanos comenzaron a brindar apoyo económico por parte de sus gobiernos centrales a sus ciudadanos.
A pesar de ello, los habitantes de cada uno de estas ciudades donde se brindó y brinda el apoyo económico es requerido, en su mayoría de casos, que tengan habilitada una cuenta bancaria para recibir la transferencia o depósito a cuenta.
Esto representa, para las entidades financieras de la región, una penetración inesperada en segmentos poblacionales.
Por ejemplo, en el caso de Colombia, la creación de nuevas cuentas bancarias tuvo un incremento de 1.5 millones durante los meses de marzo a agosto.
“Ha sido un tema impresionante y creo que ya se cumplió perfectamente la cifra de meta de bancarización que estaba establecida por el gobierno para el 2022”.
Santiago Castro, Presidente de la Asociación Nacional de Bancos de Colombia.
Otro ejemplo, es Costa Rica, que tiene una población de 5 millones de habitantes y, durante este año, se han abierto 900 mil cuentas bancarias.
Una de las ventajas que tiene este fenómeno es que los pequeños y medianos empresarios, que mueven gran parte de la economía de la región, puedan acceder a los beneficios de un crédito y, de esta manera, contribuir de mejor manera a la recuperación de la economía en Latinoamérica.
Según datos de la Alianza por la Inclusión Financiera, en Latinoamérica sólo el 55% de la población está bancarizada; mientras que, en Europa, el 95% tiene acceso al sistema bancario.
La participación de las Telecomunicaciones y las Tecnologías de la información en este reto es de vital importancia, ya que el acceso a internet y a los dispositivos de banca electrónica sigue siendo escaso en la región.
El papel que podemos jugar los proveedores de tecnología en este vertiginoso salto de bancarización es apoyar a los gobiernos y a los corporativos financieros a robustecer sus ofertas de conectividad, seguridad y acceso a servicios digitales.
Deseamos que el turbulento pasaje que estamos viviendo a raíz de la pandemia del COVID-19 traiga noticias positivas en cuanto a mejores condiciones financieras y económicas para el grueso de la población de nuestra región.